Como todos los años, la comunidad se reúne a primera hora de la mañana a conmemorar a la Madre del cielo. Cada curso, ha sido anfitrión de esta celebración mariana, ofreciendo diariamente ofrendas, oraciones y lecturas.
Este mes es un momento para caminar de la mano de María, hacer introspección, pensar cuánto estamos dejando de hacer, de dar y también por qué dejamos de agradecer. Es una hermosa instancia de fe, que permite cargar los corazones para finalizar el año escolar e ir preparando nuestro corazón a la llegada de Jesús en el pesebre.